¡Hola a todos nuestros ‘gourmets’! Hoy vamos a hablaros de algo que tenemos en común españoles e italianos: la dieta mediterránea. Es reconocida mundialmente por ser una de las más saludables y ricas, gracias a la gran variedad y a la calidad de los alimentos que se usan para cocinar. Ya en otro post os explicamos los beneficios de la dieta mediterránea, pero hoy vamos a adentrarnos un poco más.
La cocina mediterránea se inspira principalmente en las gastronomías española e italiana, con aportaciones griegas y algunas de origen marroquí. Pero, ¿es exactamente igual en estos países? La respuesta es no.
La dieta mediterránea alcanza diferentes matices en función de la región donde nos encontremos, y vamos a ver los principales rasgos que caracterizan a cada una.
La dieta mediterránea: España VS Italia
Uno de los platos por antonomasia de la cocina del Mediterráneo es la pasta, especialmente de Italia. En relación a ella, lo que varía de un país a otro es principalmente la forma de cocinarla: mientras que en España se suele dejar hervir durante un rato considerable hasta que esté suave, en Italia prefieren la pasta «al dente», de textura más dura.
En cuanto al menú, en ambos países suelen prepararse tres platos: el entrante, el principal y el postre. Lo que diferencia aquí a estas dos culturas gastronómicas es la forma de presentarse los entrantes.
En España todos conocemos las tapas, pequeñas raciones para compartir, destacando las de tortilla de patatas, aceitunas, calamares, el pan con tomate y jamón, ensaladilla rusa… Estas quizás son las más extendidas por toda la geografía española, pero existen un sinfín de posibilidades.
Sin embargo, en Italia encontramos los famosos ‘antipasti‘ servido también antes del plato principal para abrir el apetito. Suele incluir carnes y vegetales, tales como prosciutto, embutidos, pepinillos o cebolletas.
Para tomar algo con los amigos cualquier momento es bueno, pero en Italia es costumbre hacerlo después del trabajo, antes de cenar. Sea como sea, esta maravillosa costumbre es propia del sur europeo, donde las buenas temperaturas invitan a disfrutar de una bebida con aperitivos al Sol.
Mientras que en España la bebida por excelencia en estas reuniones es la cerveza, en el país italiano se toma un cóctel llamado ‘spritz‘. Con aperol, vino blanco, un poco de soda, una aceituna y hielo se prepara esta alternativa a la caña española.
Los platos principales en España son fundamentalmente cocidos o potajes, y los cereales también son muy importantes dando lugar a panes y arroces. La paella y el arroz con conejo son probablemente los platos más conocidos de la gastronomía de España en todo el mundo. Y cómo olvidar la raza autóctona, el cerdo ibérico, gran protagonista en las mesas españolas.
La cocina italiana no es solamente pasta y pizza, como ya bien hemos demostrado, sino que posee platos exquisitos elaborados con vegetales, hortalizas, carne y pescado. El risotto de setas o el rissoto parmesano son dos de los platos más populares, además de muchos otros preparados con calabacines, alcachofas, tomates y cardos. Entre los platos de carne más famosos encontramos el ossobuco, el bistec a la Fiorentina, el estofado o la piccata.
No podemos olvidar los postres. Los españoles se decantan por el dulce, muy propio sobre todo en época navideña (turrón, polvorones, mazapanes), mientras que los italianos tienen su plato estrella: el tiramisú. Tampoco podemos dejar atrás los helados y cafés italianos, si bien el gusto por ellos es igualmente compartido en España.
Sin duda, lo más importante de la dieta mediterránea y que compartimos en Italia y España es el aceite de oliva, que se suele utilizar para cocinar, y también se recomienda tomarlo en crudo, como aliño de ensaladas o sopas frías.
En conclusión, la comida juega un papel muy importante en ambas culturas, y no solo como necesaria para la nutrición y subsistencia, sino que se convierte en un ritual de la sobremesa y una excusa para celebrar: no hay situación más cotidiana para italianos y españoles que comer en compañía.