¡Hola a todos! Ya sabéis que siempre estamos preocupándonos por vuestra salud, y que buscamos ofrecer la mejor calidad en nuestros menús. Os hemos hablando de la pasta que no engorda para mejorar la dieta, y os hemos hablado de las ventajas de la dieta mediterránea. Hoy queremos hablar sobre la intolerancia al gluten. Sabemos de la importancia de las alergias y las intolerancias. Cuando alguien sufre alguna de estas enfermedades, encuentran una gran dificultad cuando quiere salir a comer entre amigos o familia. Hoy nos vamos a centrar en los celiacos y explicar un poco en qué consiste el gluten y la enfermedad.
Tal y como nos explica en Wikipedia, el gluten es un conjunto de proteínas de pequeño tamaño, contenidas exclusivamente en la harina de los cereales de secano, fundamentalmente el trigo, pero también la cebada, el centeno y la avena, o cualquiera de sus variedades e híbridos (tales como la espelta, la escanda, el kamut y el triticale). Representa un 80 % de las proteínas del trigo y está compuesto de gliadina y glutenina. El gluten es el responsable de la elasticidad de la masa de harina y por eso es tan apreciado como espesante para infinidad de recetas.
La buena noticia es que no es una proteína indispensable en la alimentación humana, porque posee un bajo valor nutricional por lo que fácilmente se podría sustituir por otras proteínas animales o vegetales. La mala noticia es que si alguien sufre de la enfermedad celiaca significa que es intolerante, permanentemente, al gluten. De hecho, tal y como afirma Federación de Asociaciones de Celíacos de España, existe un 75% de celiacos que están sin diagnosticar y eso supondría casi el 1% de la población española. Es decir que podríamos ser cualquiera y que debemos, por lo menos, conocer en qué consiste esta enfermedad y qué signos nos advierten de que la padecemos: como la maldigestión de nutrientes y puede llevar a una malnutrición.
¿Y el tratamiento? Muy sencillo, eliminar de forma radical de la dieta, el gluten. Pero ello implica una complicación social, ya que se nos dificulta todos los momentos en los que no hemos cocinado nosotros mismos la comida.