Queso parmesano

Ingredientes típicos: queso parmesano

¡Bienvenidos de nuevo a todos! Como ya os hemos dicho más de una vez, nos hemos propuesto que conozcáis a fondo la cultura italiana.

Es por ello que hoy queremos hablaros de uno de los ingredientes más tradicionales y conocidos en Italia, el Parmigiano Reggiano. Sí, más conocido en España como Parmesano y que es el ingrediente principal de muchas de las comidas italianas.

Queso parmesano

Para los italianos no es solo un queso, en casa de cada italiano no puede faltar pasta, tomate, café, aceite de oliva, y como no ¡Parmegiano Reggiano! Este es parte de su cultura y su forma de vida.

El Parmigiano Reggiano es un producto de denominación de origen, y solo se produce en las provincias italianas de Parma, Reggio Emilia (las que le dan su nombre), Módena, parte de Bolonia y de Mantua. Existen cerca de 350 queserías, cuya producción alcanza los 3 millones de forme de Parmigiano Reggiano. Con la palabra forme se denomina a las quesos parmesanos enteros de casi 40 kg.

Proceso de producción del queso parmesano

La historia de este queso data desde el siglo XIII cuando los monjes benedictinos empezaron a hacer los primeros parmesanos. Estos no disponían de leche todo el año, por lo que tuvieron que inventar un queso que se pudiese conservar por mucho tiempo. Desde entonces el proceso se ha mantenido intacto y la esencia sigue siendo la misma, alimentación sana para las vacas e ingredientes naturales: leche fresca, cuajo natural y sal.

Queso parmesano

La única diferencia en el proceso productivo son la incorporación de máquinas que hacen que este proceso sea más eficaz y eficiente, pero aún se puede encontrar tanques de cobre para hervir la leche, baldas de madera para su reposo y telas naturales, de cáñamo y lino, para recubrirlos. Y un elemento que no puede faltar, las manos del maestro quesero, conocido como casaro. Este último es el que consigue que sea un producto artesanal  y que no haya dos iguales.

Las principales diferencias entre estos quesos las encontramos en sus meses de curación, que poder ir desde los 18 meses hasta más de 30. Saber los meses de curación es de gran utilidad a la hora de combinarlo; el de 18 meses es ideal para acompañar verduras crudas y frutas, el de 24 meses para frutos secos, sopas y pastas y el de más de 30 para el carpaccio.

¡Desde luego todo un placer para el paladar!

Aquí os dejamos un vídeo para saber más sobre su proceso productivo.

 

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