Comer con los cinco sentidos

El ser humano necesita alimentarse para sobrevivir, es algo que todos tenemos asumido. Pero para el hombre, comer no implica exclusivamente ingerir nutrientes. También es un acto que le produce sensaciones. Es por ello que las personas no comen simplemente para saciar su apetito, si no que buscan, mediante los cinco sentidos, disfrutar de lo que se están llevando a la boca.

Algo más que comer… el reto de los cinco sentidos para disfrutar

En este proceso de degustación de un plato participan de primera mano los cinco sentidos. Podría parecer que unos sentidos son más importantes que otros, incluso parece lógico pensar que alguno de ellos no tuvieran nada que ver con el tema que hoy nos entretiene. Sentidos como el gusto, la vista o el olfato juegan papeles centrales. Eso es cierto, pero si dejamos de lado al tacto o al oído corremos el riesgo de perdernos una parte muy interesante de la experiencia gastronómica.

En el caso del gusto no hace falta explicar el papel central que juega a la hora de captar lo que el plato quiere transmitir. Pero hay que comentar que este sentido necesita ir muy de la mano de los demás. Para que la experiencia sea completa, todos sentidos han de trabajar de la mano, complementándose y apoyándose unos a otros. La cocina moderna está teniendo muy en cuenta estos detalles, por lo que busca ofrecer a sus clientes un disfrute integral de sus platos.

Aunque podemos decir que sentarnos a la mesa es invitar a todos nuestros sentidos a disfrutar de la experiencia, tampoco deja de ser recomendable probar a enfrentarse a la situación de verse privado de uno de ellos. De este modo, se potencia la concentración de la persona en los otros. Ya existen algunos establecimientos que ofrecen a sus comensales la experiencia de comer con los ojos vendados o con una iluminación particular, todo en busca del mejor disfrute y degustación de la comida.

Como decíamos, además de un buen sabor, el plato ha de tener buena presentación, buen tacto en la boca, una temperatura y olor adecuados y ha de venir acompañado por una buena iluminación, servicio y ambiente. Habría que hacer alusión también al acompañamiento en lo que a bebida se refiere, pero ese es otro capítulo que algún día será contado.

Esperamos que este artículo os parezca interesante. Simplemente queremos conseguir llevar el arte de la buena cocina y del buen comer a todo el mundo. ¡Hasta la vista!

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El ser humano necesita alimentarse para sobrevivir, es algo que todos tenemos asumido. Pero para el hombre, comer no implica exclusivamente ingerir nutrientes. También es un acto que le produce sensaciones. Es por ello que las personas no comen simplemente para saciar su apetito, si no que buscan, mediante los cinco sentidos, disfrutar de lo que se están llevando a la boca.

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En este proceso de degustación de un plato participan de primera mano los cinco sentidos. Podría parecer que unos sentidos son más importantes que otros, incluso parece lógico pensar que alguno de ellos no tuvieran nada que ver con el tema que hoy nos entretiene. Sentidos como el gusto, la vista o el olfato juegan papeles centrales. Eso es cierto, pero si dejamos de lado al tacto o al oído corremos el riesgo de perdernos una parte muy interesante de la experiencia gastronómica.

En el caso del gusto no hace falta explicar el papel central que juega a la hora de captar lo que el plato quiere transmitir. Pero hay que comentar que este sentido necesita ir muy de la mano de los demás. Para que la experiencia sea completa, todos sentidos han de trabajar de la mano, complementándose y apoyándose unos a otros. La cocina moderna está teniendo muy en cuenta estos detalles, por lo que busca ofrecer a sus clientes un disfrute integral de sus platos.

Aunque podemos decir que sentarnos a la mesa es invitar a todos nuestros sentidos a disfrutar de la experiencia, tampoco deja de ser recomendable probar a enfrentarse a la situación de verse privado de uno de ellos. De este modo, se potencia la concentración de la persona en los otros. Ya existen algunos establecimientos que ofrecen a sus comensales la experiencia de comer con los ojos vendados o con una iluminación particular, todo en busca del mejor disfrute y degustación de la comida.

Como decíamos, además de un buen sabor, el plato ha de tener buena presentación, buen tacto en la boca, una temperatura y olor adecuados y ha de venir acompañado por una buena iluminación, servicio y ambiente. Habría que hacer alusión también al acompañamiento en lo que a bebida se refiere, pero ese es otro capítulo que algún día será contado.

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